EL GATO MANCHADO Y LA GOLONDRINA SINHÁ: UNA HISTORIA DE AMOR

EL GATO MANCHADO Y LA GOLONDRINA SINHÁ: UNA HISTORIA DE AMOR

Son muchas las novelas y cuentos que fueron escritas por padres para obsequiar, consolar o divertir a sus hijos: La isla del tesoro de Robert L. Stevenson; El viento en los sauces de Kenneth Grahame; Winnie the Pooh de A. A. Milne o El Gato Manchado y la Golondrina Sinhá que Jorge Amado escribió como regalo a su hijo.*
Aunque pudiera parecer lo contrario, no es una tarea más fácil escribir para niños que hacerlo para adultos. Demanda una gran complejidad para evitar convencionalismos y estereotipos, reconocer las necesidades de un público, y hacerlo siempre desde el amor y el afecto.

Para M.C. porque se emocionó leyéndolo.

La historia que la Mañana relató al Tiempo para ganar la rosa azul, fue la del gato manchado y la Golondrina Sinhá.

«La historia que la Mañana relató al Tiempo para ganar la rosa azul, fue la del Gato Manchado y la Golondrina Sinhá.»

“Nuestro mundo servirá
y en él se podrá vivir
el día en que la gente vea
casarse a un gato maltés
con una golondrina alegre,
ambos saliendo a volar,
el novio y su noviecita,
Don Gato y su Golondrina.”
ESTÊVÂO DA ESCUNA

Nadie se aproximaba al Gato Manchado. Las flores se cerraban si le veían llegar, dicen que cierta vez cortó de una patada un tímido lirio blanco del cual se habían enamorado todas las rosas.

«Las flores se cerraban si le veían llegar, dicen que cierta vez cortó de una patada un tímido lirio blanco del cual se habían enamorado todas las rosas.»

El Gato Manchado sintió deseos de decir algo agradable a la Golondrina Sinhá.

«El Gato Manchado sintió deseos de decir algo agradable a la Golondrina Sinhá.»

De una época en la que los animales hablaban, los sastres se casaban con princesas, las cigüeñas traían en su pico a los bebés, de un tiempo en que había sapos que eran doctores en Filosofía, nos llega una historia que el Viento le contó a la Mañana. Una historia tan hermosa y tan triste que hizo que ésta quedara absorta escuchándola y no haya llegado puntual a la cita que diariamente tiene con el Tiempo, provocando atrasos en los relojes y considerables molestias a los gallos, la noche y el Sol. Esta historia la recogió y expresó en lenguaje humano Jorge Amado, que aunque sabedor de no poder trasladar el encanto original, la melodía, el travieso acento y la poesía con la que el Viento le refirió la historia a la Mañana, lo intenta, haciendo que la narración venga y vaya, deteniéndose, haciendo paréntesis y travesuras, como cambiar el orden de los acontecimientos.

Con ellos conversaba, con aires de suficiencia, sin darse cuenta de las pasiones que despertaba a su alrededor.

«Con ellos conversaba, con aires de suficiencia, sin darse cuenta de las pasiones que despertaba a su alrededor.»

El Gato Manchado sintió deseos de decir algo agradable a la Golondrina Sinhá.

«-Es feo pero simpático…- murmuró al adormecerse.»

Lo que la Mañana escuchó fue el controvertido romance entre un gato egoísta, huraño y solitario, Manchado, y una grácil golondrina, Sinhá, que parece uno de los tantos personajes de los cuentos de Francis Scott Fitzgerald: joven, alocada, temeraria, inexperta y bella. Son muchos los escollos que debe superar este insólito amor entre estas dos criaturas tan disimiles: las convenciones sociales, la diferencia de edad o el contraste de caracteres entre ambos. Un amor que se inicia con un capricho, en una veleidad, y que a medida que se afianza va tomando un cariz trágico porque tropieza con una evidencia que de tan natural es muy cruel: las golondrinas no se casan con los gatos.

-¿De verdad me encuentras feo? -Feísimo… -reafirmó de lejos la Golondrina. -No creo. Sólo una criatura ciega puede encontrarme feo.

«-¿De verdad me encuentras feo?
-Feísimo… -reafirmó de lejos la Golondrina.
-No creo. Sólo una criatura ciega puede encontrarme feo.»

Golondrina Sinhá, además de bella, era un poco loca. Loquita le vendría mejor.

«Golondrina Sinhá, además de bella, era un poco loca. Loquita le vendría mejor.»

Todas las historias de amor terminan en Romeo y Julieta. Cuesta creer que desde entonces aún nos siga emocionando una historia bien contada en la que aparecen tres elementos: unos ojos que se miran, una diferencia y una pasión que aniquila los contratiempos. Como en las buenas historias de amor, hay dilemas, dudas y separaciones que son planteadas por los que confunden con sus prejuicios, por los que tienen miedo a lo desconocido o porque se han hecho de un estatus medrando en la hipocresía. Pero como buena historia de amor, también hay conexiones y el descubrimiento maravilloso del otro a partir de la mirada. Amor es la extraña sensación de superar las apariencias y llegar a ver lo que hay en el fondo de las almas. Es saber mirar y descubrir en las diferencias las semejanzas.

En cuanto al Gato Manchado, también pensó él en la arisca Golondrina Sinhá en aquella primera noche de Primavera.

«En cuanto al Gato Manchado, también pensó él en la arisca Golondrina Sinhá en aquella primera noche de Primavera.»

Los pobladores todos llegaron a la conclusión, ante las amabilidades recientes del Gato Manchado, que, si bien seguía siendo un malvado, no era ya tan peligroso.

«Los pobladores todos llegaron a la conclusión, ante las amabilidades recientes del Gato Manchado, que, si bien seguía siendo un malvado, no era ya tan peligroso.»

En el prólogo, Jorge Amado nos cuenta la génesis de este relato. Fue un regalo a su hijo Joâo Jorge en su primer cumpleaños. El cuento quedó en un cajón durante mucho tiempo y lo publicó tres décadas después. Desde entonces el cuento fue adaptado por muchas compañías teatrales y para espectáculos de marionetas y títeres. También se tradujo a otras lenguas y fueron varios los ilustradores que plasmaron la historia del gato y la golondrina. Pero quizás el que mejor consiguió acoplarse con su particular estilo al relato y a sus intenciones fue el primero que lo hizo: Héctor Julio Páride Bernabó, más conocido como “Carybé”, íntimo amigo de Jorge Amado.

Sapo Cururú, miembro de la Academia y el Instituto, crítico universitario, profesor de Comunicación. La Lechuza era la única que estimaba al Gato Manchado.

«Sapo Cururú, miembro de la Academia y el Instituto, crítico universitario, profesor de Comunicación.»
«La Lechuza era la única que estimaba al Gato Manchado.»

Este es un capítulo corto, porque el Verano pasó de prisa, con su sol ardiente y sus noches estrelladas.

«Este es un capítulo corto, porque el Verano pasó de prisa, con su sol ardiente y sus noches estrelladas.»

Hay una premisa muy admitida que sostiene que las desdichas no deben tener lugar en los cuentos infantiles y que si las hay, un final feliz debe resolver esas contrariedades. Jorge Amado rompe con ese pensamiento (no adelantamos nada si decimos que hay tristeza y pena en la despedida de los protagonistas y la consiguiente renuncia a un futuro juntos) porque le da importancia a la lógica del relato, ya que otra elección hubiera sido falsa e impostada, pero ante todo una falta de respeto a los lectores de todas las edades.

*Piu Martínez, la autora del blog Pequeña ciudad de P., en este artículo completa el listado anterior con los nombres de diseñadores gráficos e ilustradores que escribieron sus libros pensando en sus hijos como los primeros lectores.

El casamiento del Ruiseñor con la Golondrina Sinhá estaba marcado para comienzo del Invierno.

«El casamiento del Ruiseñor con la Golondrina Sinhá estaba marcado para comienzo del Invierno.»

¿Cómo pudiste imaginar que la Golondrina te aceptaría como marido?

«¿Cómo pudiste imaginar que la Golondrina te aceptaría como marido?»

El Gato Manchado y la Golondrina Sinhá: una historia de amor
(O Gato Malhado e a Andorinha Sinhá: uma história de amor)

Jorge Amado
Ilustraciones de Carybé
Traducción de Elvio Romero
Losada

Para que la historia termine alegremente, mi deber sería describir la fiesta ofrecida a la noche por los padres de Golondrina Sinhá.

«Para que la historia termine alegremente, mi deber sería describir la fiesta ofrecida a la noche por los padres de Golondrina Sinhá.»

Sus melodías llegaron hasta el Gato Manchado, solitario en el parque. Ya no tenía futuro su sueño de amor imposible.

«Sus melodías llegaron hasta el Gato Manchado, solitario en el parque. Ya no tenía futuro su sueño de amor imposible.»

Jorge Amado (Itabuna, 1912-Salvador de Bahía, 2001). Novelista brasileño. Sus obras describen con tono irónico el mágico ambiente de las clases populares de su estado natal, Bahía. Por su compromiso político al lado del Partido Comunista estuvo encarcelado y exiliado. Sus novelas más famosas son Tierra del sinfín (1944), Gabriela, clavo y canela (1958), Los viejos marineros (1960), Los pastores de la noche (1964), Doña Flor y sus dos maridos (1966), Teresa Batista cansada de guerra (1973), Uniforme, frac y camisón de dormir (1979) y De cómo los turcos descubrieron América (1992). Para los niños, además de El Gato Manchado y la Golondrina Sinhá, escribió La pelota y el arquero (1982). Estuvo casado con Zélia Gattai, artista, fotógrafa y escritora infantil muy estimada en Brasil.

Hector Julio Páride Bernabó, «Carybé» (Lanús, Argentina, 1911-Salvador de Bahía, 1997). Pintor, grabador, dibujante, ilustrador, ceramista y muralista. En 1944 viaja a Salvador y se interesa por la religiosidad y cultura locales. Participa activamente en el movimiento de renovación de las artes plásticas, al lado de Mario Cravo Júnior y Jenner Augusto. En 1957 se nacionaliza brasileño. Creó cerca de 5.000 obras entre pinturas, murales, grabados y esculturas. Ilustró libros de Gabriel García Márquez y Jorge Amado, entre otros. Fue nombrado sacerdote orixá.
“Carybé”, como muchos de los amigos de Amado, aparece en algunas de sus obras. En un momento de Doña Flor y sus dos maridos sale realizando un retrato de uno de los personajes.

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En el tablero “Big” Authors & Children’s Books de nuestro Pinterest hay más libros para niños de autores que no suelen escribir para ellos.

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