
LAS BOLSAS DE VINÇON
Este último verano nos trajo una triste noticia: el cierre de la tienda Vinçon. Para los que no conozcan Barcelona, este comercio que se alzaba en la emblemática avenida Passeig de Gràcia -en un edificio modernista que había sido construido a instancias del artista Ramon Casas, que además de su casa particular contenía su estudio- era un destacado referente del diseño industrial. Sus dueños, la familia Amat, se preocuparon por traer del extranjero las innovaciones en menaje y decoración que se realizaban en el mundo y de explorar en la incipiente industria local las mejores ideas. Lo empezó siendo un bazar se transformó en uno de los comercios más rutilantes y singulares de Barcelona.
El cambio que condujo a ese éxito empezó en los primeros años setenta. Se explica por sucesivas ampliaciones, la apertura de una galería de arte y, sobre todo, por una renovación total de la imagen corporativa, que fue encomendada al diseñador Juan Carlos Pérez Sánchez, más conocido como America Sanchez (sin tildes) (Buenos Aires, 1939). El nuevo logotipo de la tienda cimentó su posición de referente en el diseño barcelonés. La imagen actual de la Ciudad Condal le debe mucho a Sánchez, pues entre sus clientes han figurado el Ayuntamiento, la Generalitat, el Museu Picasso, el Fútbol Club Barcelona, la Corporación Metropolitana de Transporte, entre otros. Ha ejercido su magisterio en la Escuela de Diseño EINA, donde ha enseñado a varias generaciones de diseñadores. También es destacable su labor editorial: fue el alma de una revista Arte Gráfica de corta pero intensa vida, muy presente en la memoria de una legión de ávidos de lectores y además fue autor del libro Barcelona Gráfica, un testimonio excepcional del cartelismo y el grafismo, en muchas ocasiones anónimo y espontáneo, de una ciudad vibrante.
Además del logo, para Vinçon America Sanchez diseñó las bolsas y el embalaje, que rompieron moldes y que ayudaron a crear el halo de que Vinçon era una tienda diferente. Con posterioridad, congregaron a diseñadores e ilustradores como George Hardie, Pati Núñez, Mariscal, Juli Capella, Leonard Bearn o Barbara Kruger para que realizaran las bolsas. Se convirtieron en objeto de culto y de coleccionismo. Una selección de esos diseños ilustra esta entrada del blog.
Se convirtió en el primer comercio en obtener un Premio Nacional de Diseño, otorgado por el Ministerio de Industria y la Fundación Barcelona Centre de Disseny (BCD), por haber realizado “una gran labor tanto a escala nacional como internacional para difundir el diseño”, al adoptar “criterios claros y coherentes en todos sus productos”. Definitivamente, el cierre de Vinçon es un jalón en la rica historia del diseño de Barcelona y una llamada de atención sobre una tendencia que cada vez se repite más: las ciudades van perdiendo paulatinamente su singularidad, arrastradas por el fenómeno de la globalización.
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