
CUATRO DECÁLOGOS: CUARENTA Y DOS CONSEJOS PARA ESCRITORES Y CUENTISTAS
Los consejos y advertencias de consagrados escritores para los que quieran realizar una obra literaria es un género en sí mismo. Estas admoniciones frecuentemente tomaron, por su carácter normativo, la manera de mandamientos y de decálogos, como si fuese palabra de Dios.
De los centenares que hay, nos gustan, sobre todo, estos cuatros, el primero por ser uno de los primeros, el segundo por la inteligencia y perspicacia que desprende, el tercero por su afilada ironía y el cuarto por su comprensiva honestidad.

One de Kathryn Otoshi, KO Kids Books (2008).
DECÁLOGO DEL PERFECTO CUENTISTA
Por Horacio Quiroga
I
Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov– como en Dios mismo.
II
Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.
III
Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.
IV
Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.
V
No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.

Count! de Agnese Baruzzi, Tango Books (2012).
VI
Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: «Desde el río soplaba el viento frío», no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.
VII
No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.
VIII
Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.
IX
No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.
X
No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.

Numbers de Orla Kiely, Henry Holt and Co. (2012).
DECÁLOGO PARA CUENTISTAS
Por Julio Ramón Ribeyro
Uno
El cuento debe contar una historia. No hay cuento sin historia. El cuento se ha hecho para que el lector a su vez pueda contarlo.
Dos
La historia del cuento puede ser real o inventada. Si es real, debe parecer inventada y si es inventada, real.
Tres
El cuento debe ser de preferencia breve, de modo que pueda leerse de un tirón.
Cuatro
La historia contada por el cuento debe entretener, conmover, intrigar o sorprender, si todo ello junto, mejor. Si no logra ninguno de estos efectos, no existe como cuento.
Cinco
El estilo del cuento debe ser directo, sencillo, sin ornamentos ni digresiones. Dejemos eso para la poesía o la novela.

Hasta el infinito de Kveta Pacovska. FaKtoría K de libros (2010).
Seis
El cuento debe solo mostrar, no enseñar. De otro modo sería una moraleja.
Siete
El cuento admite todas las técnicas: diálogo, monólogo, narración pura y simple, epístola, informe, collage de textos ajenos, etc., siempre y cuando la historia no se diluya y pueda el lector reducirla a su expresión oral.
Ocho
El cuento debe partir de situaciones en las que el o los personajes viven un conflicto que los obliga a tomar una decisión que pone en juego su destino.
Nueve
En el cuento no debe haber tiempos muertos ni sobrar nada. Cada palabra es absolutamente imprescindible.
Diez
El cuento debe conducir necesaria e inexorablemente a un solo desenlace, por sorpresivo que sea. Si el lector no acepta el desenlace es que el cuento ha fallado.
La observación de este decálogo, como es de suponer, no garantiza la escritura de un buen cuento. Lo más aconsejable es transgredirlo regularmente, como yo mismo lo he hecho. O aún algo mejor: inventar un nuevo decálogo.

Bantam Counting Book, ilustración de Alice Patullo, Design for Today (2013).
DECÁLOGO DEL ESCRITOR
Por Augusto Monterroso
Primero
Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.
Segundo
No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tanto, para tus antepasados. Hazlos para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.
Tercero
En ninguna circunstancia olvides el célebre dictum: En literatura no hay nada escrito.
Cuarto
Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras, lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así jamás escribas nada con cincuenta palabras.
Quinto
Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.
Sexto
Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita, pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como un Bloy.
Séptimo
No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
Octavo
Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de esas dos únicas fuentes.
Noveno
Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.
Décimo
Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.
Undécimo
No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general, es lo mejor que tienen; no como tú, que carece de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.
Duodécimo
Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el supermercado.
(Tomado de La Cultura en México, suplemento de Siempre!, núm. 404, 5 de noviembre de 1969. Al final de la nota introductoria de este y otros textos de Eduardo Torres recogidos en ese número se lee: “Por último, hay que aclarar que el Decálogo, según comunicación del propio Torres, tiene doce mandamientos con el objeto de que cada quien escoja los que más le acomoden, y pueda rechazar dos, al gusto. ‘Si la raza humana’, añade, ‘ha rechazado siempre los de la Ley de Dios, ésta es una preocupación hasta cierto punto ingenua’”.)

Cómo el número 7 se volvió loco de Bram Stoker, ilustración de Eugenia Ábalos, Editorial Gadir (2013).
10 CONSEJOS PARA ESCRIBIR
Por Joyce Carol Oates
1. Escriba de corazón.
2. La primera frase sólo se puede escribir después de que haya sido escrita la última frase. EL PRIMER BORRADOR ES EL INFIERNO. EL ÚLTIMO BORRADOR, EL PARAÍSO.
3. Escriba para sus contemporáneos, no para la posteridad. Si tiene suerte, sus contemporáneos se convertirán en la posteridad.
4. Tenga presente a Oscar Wilde: “Un poco de sinceridad es peligrosa, y mucha es absolutamente fatal”.
5. Cuando dude sobre cómo finalizar un capítulo, haga que aparezca un hombre con una pistola (Es un consejo de Raymond Chandler. No es mío. Yo no lo probaría.).

Super 8 de Olivier Douzou, Éditions MeMo (2005).
6. A menos que esté escribiendo algo muy vanguardista -retorcido, enmarañado y oscuro- considere dividir los párrafos adecuadamente.
7. Sea su propio editor y crítico. Comprensivo, pero ¡despiadado!
8. No espere un “lector ideal” –o a algún lector. Puede que él o ella exista, pero está leyendo a otro.
9. ¡Lea, observe, escuche intensamente! Como si su vida dependiera de ello.
10. Escriba de corazón.

Chiffres en tête de Anne Bertier, Éditions MeMo (2006).
Horacio Quiroga (Salto, Uruguay, 1878 – Buenos Aires, Argentina, 1937) Maestro en el arte de la narración corta con libros como Cuentos de amor de locura y de muerte o La gallina degollada y otros cuentos, aunque también cultivó la poesía con Los arrecifes de coral y la novela con Pasado amor y Anaconda. Para los niños escribió el libro Cuentos de la selva. Este “Decálogo” es de 1927.
Julio Ramón Ribeyro (Lima, 1929 – 1994) Escritor y diplomático peruano. Todos sus cuentos fueron recopilados en un solo volumen bajo el título La palabra del mudo, en cuyo prólogo se encuentra el decálogo que hemos transcripto. Su obra se completa con las novelas Los geniecillos dominicales, Crónica de San Gabriel y Cambio de guardia, y sus diarios, La tentación del fracaso.

Little 1 de Ann Rand, ilustración de Paul Rand (1962).
Augusto Monterroso (Tegucigalpa, Honduras, 1921 – Ciudad de México, 2003). Es popularmente conocido por su microrrelato “El dinosaurio”, uno de los más breves del mundo, lo cual eclipsó gran parte de su obra entre la que destacamos Lo demás es silencio (1978), su única novela, en la que a través de testimonios de amigos y de una autobiografía fragmentada se narra la vida del polígrafo Eduardo Torres.
Joyce Carol Oates (Nueva York, 1938) Es autora de cuentos, teatro, ensayos, poemas, libros juveniles e infantiles y especialmente novelas, como Un jardín de placeres terrenales (A Garden of Earthly Delights, 1967), La hija del sepulturero (The Gravedigger’s Daughter, 2007) o Ave del paraíso (Little Bird of Heaven, 2009). Tiene en twitter una cuenta muy activa: @JoyceCarolOates. Fue aquí donde en julio pasado aparecieron estos consejos.
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Imagen superior: Detalle de “Numbers” de Eric Carle.
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