
EL SILENCIOSO AMIGO DEL VIENTO
En estos días, las numerosas personas que contribuyeron en una campaña de micromecenazgo a que sea posible la publicación del libro El silencioso amigo del viento, escrito por Lisi Gutiérrez e ilustrado por Rafael Jaramillo, lo estarán recibiendo en sus domicilios. Una historia sobre el daño y el abandono que sufren los animales de caza una vez se acaba la temporada. Aprovechando esta circunstancia, quisimos preguntarle a Lisi por el proceso del que resultó este libro, por el origen de la historia, que nos hable de qué significa emprender una campaña de crowdfunding, de su experiencia y de los desafíos que debió superar.
¿De dónde sale la idea de escribir un cuento sobre los galgos? ¿En qué momento pensaste que podía ser ilustrado?
La idea del cuento surge a partir del conocimiento de la situación de esta raza y en concreto tras la adopción de mi galgo, Vadim. Él es el galgo negro de la historia, rescatado en Toledo y desecho de la caza, como decenas de miles de perros cada año en nuestro país. Para mi hay un antes y un después de conocer esta realidad.
Me maravillaba ya la raza en sí, su elegancia y su belleza, pero fue a los pocos días de incorporar a este ser en mi vida, cuando de un momento a otro, estando los dos solos en un parque, me atravesó con mirada. Fue muy impactante. En ese instante me vino a la mente la vida que había llevado hasta llegar a este momento presente conmigo y empecé a escribir el cuento. Lo tenía en un cuaderno con muchas otras historias hilvanadas pero sin acabar.
No fue hasta que conocí a Rafael Jaramillo que no retomé la historia. A Rafael lo encontré casi por casualidad, buscando un ilustrador para un amigo escritor. Me quedé fascinada por su trabajo, es un maestro del detalle y la forma cómo trabaja en blanco y negro, pero sobre todo me impactó muchísimo su imaginario personal. Fue entonces cuando me acordé del cuento y pensé debería ir de la mano de sus ilustraciones. Él podría llevarlo más allá de las palabras que yo había podido sacar a la luz.
¿Cómo afrontaron con Rafael el proceso de trasladar a imágenes tu cuento?
Fue un proceso con algunas idas y venidas. En un principio, a partir del texto, Rafael hizo una propuesta de posibles imágenes, lo que se conoce como un storyboard. En ese punto, hablamos mucho sobre los niveles de comprensión de la historia: lo escrito, lo dibujado y la posible interpretación del lector. Para mÍ era muy importante que estos niveles fueran por tres caminos en paralelo.
La magia se produjo cuando Rafael, habiéndose documentado muchísimo sobre el tema y con el cuento totalmente interiorizado, empezó a crear su propia historia y a aportar aspectos que yo ni me había planteado, tanto de la vida del galgo en el campo y en la ciudad como del mundo interior del protagonista.
¿De qué manera influyó la ilustración en el cuento?
La verdad es que muchísimo. La historia escrita se fue modificando a medida que surgían las imágenes en cada momento y casi hasta el final del proceso. Sobre todo se eliminaron aspectos descriptivos que se podían explicar con imágenes o que quitaban fuerza. A mi me interesaba que el cuento fuera sobrio, que no sobrara nada, que hubieran silencios entre las páginas y que los llenara el lector por su cuenta.
¿Hubo alguien que afrontó la responsabilidad de la edición, es decir, seleccionar el punto de vista, decidir sobre ciertos aspectos, como pudiera ser, entre otros, el diseño, el formato o el papel?
Excepto el punto de vista, que lo trabajamos a juntos, prácticamente todos los aspectos formales relacionados con la edición los llevó Rafael. Además de ser ilustrador, él es un diseñador gráfico con muchísima experiencia y ha diseñado, maquetado e impreso un sinfín de trabajos editoriales.
Tuvo muy claro desde el principio que el libro, por ejemplo, debía tener un formato apaisado particular, como la figura alargada del galgo. La tipografía la eligió pensando que el viento era uno de los protagonistas de la historia y aportó también la idea del color de fondo negro a la primera parte del cuento, que cambia a blanco en la segunda parte, una forma de indicar la nueva vida del galgo después del abandono.
¿Has notado que a medida que el texto era ilustrado, que se iba creando un nuevo discurso?
Sí, obviamente, con la ilustración aparecieron otras historias. Cómo he comentado antes, es un cuento que hemos creado el ilustrador y la escritora a partes iguales. Era, pues, muy importante que Rafael se la apropiara y la devolviera con su universo. Aunque yo había escrito el texto en primera instancia, la imagen no debía estar subordinada a él. De este modo, las ilustraciones debían ir por sendas a las que la palabra no había llegado, profundizando u ofreciendo otra información. Aspectos como la recuperación o creación de la identidad del galgo y el mundo de los sueños entre otras muchas cosas dieron una dimensión nueva a la historia escrita.
Hicieron una campaña de micromecenazgo o crowdfunding para conseguir el dinero que permitiera llevar a cabo la impresión del libro, la cual se puede considerar que ha sido un fenomenal éxito. ¿Qué estrategias siguieron? ¿Cómo trabajaron las redes sociales? ¿Aprendieron nuevas cosas que sobre la marcha les hiciera cambiar la orientación?
El éxito de la campaña de Verkami (la plataforma de micromecenazgo que utilizamos) se basó principalmente en una cuidada planificación antes del inicio de recaudación de fondos y en elaborar bien el presupuesto. En el caso de Verkami solo hay cuarenta días para conseguir el objetivo económico, por lo que hay que tener todo bien pensado de antemano.
A la hora de idear las acciones de comunicación, especialmente en redes sociales, nos informamos con gente que habían realizado con éxito sus campañas y unimos fuerzas con SOS Galgos, entidad con la que colaboro estrechamente en temas de prensa y la cual tiene muchísimos seguidores. Ellos nos apoyaron en la comunicación de Verkami y nosotros a cambio les ofrecimos ayuda económica una vez conseguido nuestro objetivo para financiar el proyecto. Pensamos también antes de empezar y muy cuidadosamente, cómo, cuándo y dónde publicaríamos noticias interesantes para nuestro propósito. Por ejemplo, anunciamos casi al final de la campaña con un video muy especial de la productora WaggingTale Films que parte de nuestros beneficios irían para SOS Galgos, para que pudieran continuar con su labor de rescate y recuperación de galgos. Esto funcionó muy bien.
La verdad es que fue todo bastante intuitivo y la orientación, a grandes rasgos, se mantuvo bastante como habíamos planificado.
Aunque quizás es muy obvio, es muy importante resaltar que el trabajo no se acaba una vez conseguido el dinero, hay muchísimo que hacer después de este punto. En nuestro caso concreto teníamos que terminar las ilustraciones, además había que elaborar las recompensas prometidas, mantener la comunicación en todo momento con los mecenas, gestionar el trabajo de terceros como la imprenta y la encuadernación, firmar y dedicar los libros y ocuparse de temas logísticos como el envío. En fin, un montón de tareas a tener muy en cuenta a la hora de planificar en tiempo y presupuesto una acción de micromecenazgo.
¿Los inmersos en el mundo del libro (editores, libreros, distribuidores, etc.) demostraron algún tipo de interés, se involucraron de alguna manera?
Antes de pensar en hacer la acción de micromecenazgo con Verkami mandé el cuento a varias editoriales, las pocas que me contestaron me dijeron que no entraba dentro de sus líneas, lo cual no me sorprendió en lo más mínimo, ya que no hay prácticamente ninguna casa editorial que trabaje cuentos ilustrados para adultos de autores noveles. Fue de alguna manera una bendición, porque al decidirnos por la autoedición a través del micromecenazgo conseguimos la financiación necesaria y pudimos hacer el libro de nuestros sueños con toda una libertad de la que jamás hubiéramos gozado trabajando del modo tradicional.
Por otro lado, sabemos que hay algunas librerías y tiendas de cómics que han comprado el libro en Verkami, lo cual nos ha hecho mucha ilusión y nos da mucha esperanza.
Una vez conseguido el dinero, una vez impreso el libro, que esté en manos de los mecenas, ¿continúa el trabajo?
¡Por supuesto! El trabajo continúa y no es poco. Por un lado, esperamos que el libro guste mucho a los mecenas y que el boca oreja lo haga correr. Por otro lado, somos muy conscientes que ahora empieza la tarea comercial y de promoción. Toca, pues, hacer presentaciones, que aparezca en prensa y que esté presente en las librerías.
Para tener más información, pueden contactar con Lisi Gutiérrez por correo electrónico: lisienator@gmail.com o por twitter: @lisigutierreze.
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