KAMISHIBAIS: LOS TEATROS DE PAPEL

KAMISHIBAIS: LOS TEATROS DE PAPEL

Desde hace unos meses tenemos el agradable gusto de que Cristina Trias (Crisspeta), una artista total, vaya contando por librerías, plazas, teatros y escuelas el cuento de Shen y la tienda de besos, nuestro primer libro, escrito por Mònica Gallifa e ilustrado por Ju Castelo.

nazonazo

A la primera sesión de cuentacuentos que hizo Crisspeta llegó con su kit de maquillaje, un batín japonés y un delicado quitasol de papel. Colocó en el escenario un recoleto cofre del que después saldrían los besos de Shen, un jarrón con una flor, una mesita y encima de ella, un teatrín de madera que tenía una ilustración de Shen. Intrigados, le preguntamos qué era eso. Nos dijo que para introducir la historia de lo qué sucedió en Nelumbo, utilizaría una antigua técnica japonesa, la del kamishibai. Nos explicó que en ese país había la figura del contador de historias que va errante por los pueblos a la búsqueda de auditorios. Anunciaba su llegada golpeando dos pedazos de madera unido por una cuerda, el hyoshigi, (que Crisspeta también posee). Los niños empiezan a tomar lugar alrededor de un pequeño escenario de madera, en los que se insertaban ilustraciones a medida que se iban cambiando a medida que se contaba la historia. No hay que decir el resultado obtenido fue notable, porque consiguió relacionar de una manera sutil los caracteres itinerantes del relator de historias y de la protagonista del cuento.

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Desde entonces, con Crisspeta fuimos llevando el cuento por diferentes lugares hasta que llegamos a la librería La font de Mimir. Allí vimos unos kamishibais. Carles, el librero, nos comentó que desde hace unos años hay un creciente interés en esta manera de contar historias, especialmente entre profesores y educadores, que lo ven como un recurso muy adecuado de captar la atención. Nos mencionó hay hasta una editorial, Siete Leguas Ediciones, que se especializa en publicar historias en este formato, lo que denota que hay una curiosidad a propósito del kamishibai.

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Desde nuestro inicio, hemos procurado atender a todo lo que está relacionado con la narración oral, y por lo tanto, empezamos a investigar más sobre este género y su práctica. Aparte de lo que nos dijeron Crisspeta y Carles, conseguimos saber que kamishibai significa literalmente “teatro de papel” y se origina en los templos budistas en el siglo XII, donde los monjes utilizaban pergaminos que combinan imágenes y texto (los emaki) para contar historias de contenido moral, preferentemente, a un público que no sabía leer ni escribir. Esta forma de narrar exhibiendo ilustraciones en simultáneo se enmarca dentro de una amplia forma de transmisión de conocimiento que recibe el nombre de “etoki”.

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Se mantuvo como un método de contar historias durante muchísimo tiempo, pero hubo un resurgir a principios del siglo pasado, donde por culpa de la crisis económica, muchos desempleados pudieron conseguir dinero por medio de la representación ambulante. Ser convirtió en un personaje de la cultura popular. La llegada de televisión pudo ser el fin de los kamishibais, mas la labor de las bibliotecas y las escuelas permitieron su continuidad, hasta el punto que se exportó a otros continentes, en donde se formaron grupos de estudio, clubes y asociaciones que están continuando con esta peculiar tradición que une la oralidad y la ilustración.

Yukihiko Mitani-Tanabata

Las ilustraciones son dibujos para kamishibais japoneses.
En nuestro Pinterest hemos confeccionado un tablero de libros infantiles ilustrados japoneses.

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