
NAVEGAR ES PRECISO; VIVIR NO ES PRECISO: “EL MAR” DE RICARDO HENRIQUEZ Y ANDRÉ LETRIA
Navegadores antigos tinham uma frase gloriosa:
«Navegar é preciso; viver não é preciso.»
Quero para mim o espirito desta frase, transformada
A forma para a casar com o que eu sou: Viver não
É necessario; o que é necessario é criar.
Nao conto gozar a minha vida; nem em goza-la penso.
Só quero torna-la grande, ainda que para isso
Tenha de ser o meu corpo e a minha alma a lenha desse fogo.
Só quero torna-la de toda a humanidade; ainda que para isso
Tenha de a perder como minha.
Cada vez mais assim penso. Cada vez mais ponho
Na essencia animica do meu sangue o propósito
Impessoal de engrandecer a pátria e contribuir
Para a evolução da humanidade.
É a forma que em mim tomou o misticismo da nossa Raça.
FERNANDO PESSOA
Navegantes antiguos tenían una frase gloriosa:
“Navegar es preciso; vivir no es preciso.”
Quiero para mí el espíritu de esta frase, transformada
La forma para casarla con lo que yo soy; vivir no
Es necesario; lo que es necesario es crear.
No cuento gozar mi vida; ni en gozarla pienso.
Solo quiero tornarla grande, pese a que para eso
Tenga que ser mi cuerpo y mi alma la leña de ese fuego.
Solo quiero tornarla de toda la humanidad; pese a que para eso
Tenga que perderla como mía.
Cada vez más así pienso. Cada vez más pongo
En la esencia anímica de mi sangre el propósito
Impersonal de engrandecer la patria y contribuir
Para la evolución de la humanidad.
Es la forma que en mí tomó el misticismo de nuestra Raza.
FERNANDO PESSOA
No es un riesgo asegurar que no hay otras líneas en la literatura universal que las arriba mencionadas en el que quede tan clara la semejanza que hay entre la navegación y la creación. Para realizar ambas se necesita de una actitud en la que gobierne la razón, la precisión y el rigor. Sin estos elementos, es fácil perder el rumbo y acabar o bien en medio de terribles tormentas o dirigiéndonos a mares donde reina la calma y la ausencia total de vientos. Insiste Pessoa en un fragmento del Libro del desasosiego: “Un barco parece ser un objeto cuyo fin es navegar; pero su fin no es navegar, sino llegar a un puerto”.
Es por todo eso que el vocabulario marinero necesita ser tan extenso, amplio y especializado. Pero al mismo tiempo, por el arraigo que tiene en nuestra civilización las artes de marear se ha propiciado que muchas palabras, frases y expresiones pasen al habla coloquial, adaptando su significado a otros ámbitos de la sociedad.
De manera amena los autores de este libro, los portugueses Ricardo Henriques y André Letria, van confeccionando un diccionario muy particular en el que aparte de definiciones, hay también datos curiosos, etimologías sorprendentes y actividades prácticas, tales cómo realizar un buen barco de papel o confeccionar una brújula casera.
Este libro publicado originalmente por la editorial portuguesa Pato Lógico, es una excelente puerta de entrada para introducirnos en el mundo marinero. No están todos los términos (incluso los que fueron excluidos hacen una sonada reclamación en la última página), pero despierta la curiosidad por averiguarlos e investigarlos. Apunta un canon de lecturas, que como los autores son portugueses, comienza con Los Lusiadas de Luis de Camoês, para seguir con Melville, Conrad, Darwin, Hugo Pratt o Stevenson, quien en el epígrafe de La isla del tesoro, titulado “Para el comprador indeciso” concentra el encanto y el embeleso que produce el mar: «Si los cuentos y las tonadas marineras, tempestades y aventuras, calor y frío, si goletas, islas y el destierro en el océano, y bucaneros y oro enterrado y todos los romances de antaño contados nuevamente, exactamente como antes se contaban, pueden complacer como otrora a mí me complacían a los jóvenes más sabios de hogaño: así sea y ¡adelante! Y ojalá yo y todos mis piratas compartamos las sepulturas donde yacen éstos y sus creaciones”.
Mar
Ricardo Enriques y André Letria
Traducción de Beatriz Peña Trujillo
Ediciones Ekaré
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